Son muchas las personas víctimas de violencia en el ámbito familiar (en sus diferentes tipologías: física, psicológica, etc). Son diferentes los términos usados para describir situaciones de violencia, y diferentes también los términos empleados para hacer referencia a ella: violencia de género, violencia familiar, violencia machista, violencia hacia el hombre/ mujer, etc.
Al margen de estas cuestiones, es importante tener una visión holística del problema, considerando por igual a todas las víctimas y desarrollando campañas de prevención que las incluya en su conjunto(personas con identidades no normativas, mujeres, hombres, menores y mayores).
Unos de los principales problemas sociales es el alto porcentaje de mujeres (cisexuales y transexuales) víctimas de violencia por parte de sus parejas o ex parejas. De esta situación se han hecho eco los gobiernos, y cada vez se toman más medidas para reducir las cifras; no obstante, aunque en menor frecuencia, también encontramos hombres víctimas de violencia física por parte de sus parejas o ex parejas, al igual que personas con identidades se género no normativas (no se identifican con el binario hombre-mujer). Un tanto por ciento aún más elevado sufre violencia psicológica,coacciones, amenazas etc.
El pasado 4 de agosto de 2014, los medios de comunicación se hacían eco de la noticia de la detención de una mujer en Melilla por maltrato y abandono de su marido de 65 años.
Diariamente podemos leer en la prensa noticias sobre padres que son agredidos por sus hijos (agresiones motivadas en ocasiones por el consumo, abuso o dependencia de sustancias o por la presencia de algún trastorno mental, y sin justificación aparente en otras) o menores víctimas de violencia por parte de sus padres (en estos casos suele ser frecuente la negligencia).
La violencia puede adoptar diferentes formas: física, psicológica, económica y social, y llevarse a cabo de una forma más o menos sutil, no por ello de menor importancia. No se es menos víctima por encontrarse en las primeras fases del ciclo de la violencia.
Muchas de estas víctimas no saben a qué profesionales recurrir; en el 016, en los propios centros de salud o en distintas asociaciones, dependiendo del colectivo, pueden encontrar información sobre los recursos disponibles.
Los psicólogos forenses evaluamos en estos casos el alcance del daño psicológico, repercusiones futuras del mismo, recomendaciones, etc y somos testigos con cada vez más frecuencia del elevado porcentaje de denuncias infundadas relacionadas con la violencia de género, que repercuten negativamente en la credibilidad de las verdaderas víctimas de esta violencia, y que dejan además en situación de desamparo a hombres y personas con otras identidades de género y orientación sexual que también sufren maltrato, y especialmente a los menores, en quienes hará mella con fuerza la exposición a estas situaciones, ser escudo y lanzadera de las mismas y ver seriamenre interferidas sus relaciones con el progenitor denunciado.
En próximos artículos abordaremos también a las víctimas de violencia por razón de etnia, religión, identidad u orientación sexual.