La evaluación del daño psicológico es una tarea complicada por el componente subjetivo que conlleva. Es fácil demostrar una agresión física, pero no tanto un daño psicológico, siendo a veces tan complicado que las propias víctimas manifiestan que desearían sufrir un golpe que pudiera ser visible.
La mayor o menor repercusión del daño en una persona va a depender de los factores de protección de la misma, lo que no implica que ese daño no se haya perpetrado (de ahí la importancia de la evalucación). Existen víctimas de mayor vulnerabilidad (biológica o psicológica), hecho que suele ser usado por el agresor tanto para mantener su conducta agresiva como para intentar probar una invención de los hechos narrados, una posible exageración de los síntomas en la víctima o mala interpretación de conductas realizadas sin maldad.
Una personalidad resistente al estrés se caracteriza con la adecuada autoestima, el control emocional, una actitud positiva ante la vida, criterios morales sólidos, etc, que posibilitan hacer frente a estresores.
Las lesiones psíquicas más frecuentes son las alteraciones adaptativas, el Trastorno por Estrés Postraumático o la descompensación de la personalidad, mostrando la víctima síntomas de ansiedad, apatía, hipomotivación, cambio en el estilo de vida, preocupación constante, alteraciones del sueño, etc, siendo la secuela más frecuente la modificación de la personalidad.
En la evaluación será fundamental considerar los diferentes historiales del sujeto, contrastando su estado actual con la presencia o ausencia de trastornos previos, gravedad de los mismos, alteración del estilo de vida, y cada vez más se está tomando conciencia de la importancia de tener pruebas que demuestren la veracidad del testimonio. Tomadas de forma adecuada, las grabaciones en ocasiones se convierten en la herramienta que puede ayudar a la persona a demostrar la verdad de sus manifestaciones. Estos datos, unidos a los resultados de la evaluación, permitirán establecer una relación de causalidad entre la situación narrada y denunciada, y los síntomas presentes en la víctima.
Fuente: Echeburía, E y Corral,P.
Psicopatología clínica, legal y forense, vol.5
Universidad del País Vasco