En anterior entrada de este blog se analizaron las estrategias de manipulación más utilizadas por los agresores; en esta entrada analizaremos algunas estrategias de afrontamiento de la manipulación.
Es la víctima (independientemente del género, un progenitor ante su hijo o viceversa) quien mejor que nadie puede defenderse a sí misma y tratar de cambiar su situación, pero ¿qué herramientas se pueden usar para hacer frente a quien agrede? Existen muchos mecanismos de afrontamiento de la violencia cuya aplicación prioritaria va a depender de la fase en la que se encuentre la víctima, pero todos son herramientas útiles; la base de todas ellas es el aprendizaje de respuestas asertivas (las que nos permiten defender nuestros derechos sin agredir a los demás y sin permitir que nos agredan).
En primer lugar, ante una relación tóxica lo más recomendable es el abandono de la misma, analizar qué vida queremos y qué nos aporta esta persona en nuestro proyecto existencial; romper la relación aunque factores ambientales/familiares, emocionales y económicos lo dificulten, siempre hay una salida y una vida más positiva lejos de la tiranía y el miedo. Una estrategia puede ser símplemente no hacer lo que quiere quien agrede (aunque suele ser difícil por el miedo al abandono, a una nueva agresión o a la sensación de abandono (el agresor/a sabe a quién elige).
En situaciones cotidianas y de menor riesgo, algunas técnicas útiles para dar una respuesta asertiva (no pasiva ni agresiva) pueden ser:
– Disco rayado: repetir una y otra vez sin enojo la propia opinión y preferencia, manteniendo la calma y criterio propio y sin imponer un punto de vista (“Entiendo que tú quieras X, pero yo ahora prefiero Y»).
– Oír al agresor/a en todo aquello que no suponga un intento de aprovecharse de la víctima, sino una simple necesidad de revelar cosas de sí mismo/a y ser aceptado/a.
– Admitir los errores que se hayan cometido pero no desde la culpabilidad ni la sumisión haciendo, ver a quien agrede que el mundo no se acaba por eso y que cualquiera puede equivocarse y tiene derecho a hacerlo.
Hay situaciones en que es necesario pedir ayuda externa ante la dificultad para romper el bucle. La libertad de expresión,el derecho a ser, a sentir y a vivir la vida como cada uno decida, bien merece trabajar duro la resiliencia, la autoestima y la seguridad.
Éstas son algunas recomendaciones para hacer frente a la manipulación en diferentes situaciones, a los intentos de otros de minar nuestra propia valía; a fin de cuentas la víctima es la única persona responsable de su vida, de reconstruirse a sí misma/o y de avanzar hacia su futuro.